“-Llevo toda la vida esperando a joderla hasta el fondo como ahora.-Bien –dijo Elmer-, pues ya ha llegado el gran momento. Enhorabuena.-Es la pura verdad. Nuestro carácter es nuestro destino.” (pag. 176)
Pocas cosas tan aburridas y ferruginosas como una novela milico; la novela milico no nos gusta nada en este blog, esos fusiles, esas balas, esos héroes y esas muchachitas violadas sucesivamente mientras llega la ONU, para ayudar al violador. De ahí que coja uno el Dog soldiers con prevención de riesgos laborales, desdén desde el andén y vagancia en el vagón.
Pero el libro supera trincheras y gilicópteros en las primeras treinta páginas, y de seguido nos planta en California, toda de drogas y polvazos: aúpa América.
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dónde voy pintao de verde? |
No encuentra mejor suvenir que 3 kilos de heroína.
Es, admitámoslo, un suvenir de la hostia.
Lo hace llegar a Frisco, a manos de un tal Hicks, que se lo va a cuidar mientras Converse arriba a la patria. Hicks cuida tan bien la heroína que se entusiasma, y empieza a cuidar a la esposa de Converse, damisela a la que el jaco y las pollas le han entusiasmado siempre. Conflicto number 1.
Luego hay un tipejo, Antheil, rodeado de tipejos, y todos (conflicto number 2) albergan en su corazón desde la infancia el deseo de tener algún suvenir vietnamita que pese 3 kilos: o un bebé, o jaco. Bebés no hay, que están todos escondidos por culpa de A serbiam film. Así que vamos a por el jaco.
Hicks huye con la heroína y la mujer de otro, y eso hace que huir tenga cierto parecido con estar de vacaciones. Un pico, un polvo; a correr. Otro pico; otro polvo; a correr. No hace falta decir que así te coge cualquiera, gilipollas, que no estamos a lo que estamos.
Hasta ahí, la sinopsis.
Ahora hablemos del producto, brevemente: Dog soldiers es una de las ediciones del año: qué placer de papel, de cubierta, de guardas, de colores, de volumen. Va a ser la novela más utilizada para esnifar rayuelas: aviso.
Toda esta novela, como todas las novelas de 1975 hacia atrás, hasta la generación perdida, las buenas, las sólidas, las que aspiran a gran novela americana, se fundamentan en la construcción de un carácter que señale un destino.
Era así de simple, pero he tenido que averiguarlo yo.