Herzog, de Saul Bellow

Esta novela es una auténtica mierda.

Su autor es Premio Nobel.

Abrirla a voleo es desconsolador (y leerla entera, ni te cuento):

pag. 85 «Madeleine se estaba pintando los labios y ahuecándose la blusa y poniéndose mejor el sombrero. ¡Qué atractiva resultaba cuando quería! Tenía la cara alegre y redonda, de buen color, y el azul de sus ojos era claro. Resultaba distinta de cuando pasaba por las terribles rachas menstruales en que se le ponía mirada asesina.»

Tenía la cara alegre y redonda, de buen color, y el azul de sus ojos era claro: magistral shit, man.

pag 246 «Después de un buen desayuno, Simkin se iba a su oficina y allí le gustaba tumbarse en el sofá negro […] escuchaba música (…) a las ocho o así se afeitaba sus grandes mejillas (no, las de su puta madre se va a afeitar) salía para asistir a las subastas y visitar exposiciones.»

Lectora: Pero si es premio Nobel, será por algo, ¿no? Algo habrá hecho… bien.

Juan: Ponerse el sombrero, digo yo.

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18 respuestas a Herzog, de Saul Bellow

  1. Es verdad que Herzog no es un orgasmo de alta literatura, pero algún personaje, como el amante patapalo de la exmujer, hasta tiene su gracia.
    Lo de las mejillas velludas de su madre no lo pillé. Tendré que volverla a leer.

  2. gaviotasinamor dijo:

    BUeno pues intentaré no leerla
    Saludos

  3. C.D.G dijo:

    Este libro es muy bueno, pero no mi preferido de Bellow (Ravelstein). Ojalá todas las mierdas supieran así de bien.
    Y lo de «sus» mejillas es fallo de traducción: los anglos ponen el posesivo a todas las partes de su cuerpo, por obvio que parezca.

  4. Lacart dijo:

    Todas las citas suenan a mala traducción.

  5. Hola Juan:

    Ya veo que vuelves al viejo truco de tomar alguna frase al azar del libro, hacerla risible y así, tomando una mínima parte por el todo, convertir un libro que está a años luz de lo que casi cualquier escritor actual puede escribir en algo sin gracia.

    Herzog: una de las grandes obras del siglo XX.
    Por si alguien quiere otra opinión, donde se habla más del todo que de una mínima parte:
    http://desdelaciudadsincines.blogspot.com.es/2011/09/herzog-por-saul-bellor.html

    saludos

  6. The Translator dijo:

    Roberta se sentó sobre la mesilla del salón y dejó caer entre sus pies un bowl, que soltó tacos al golpear el suelo, bailó hulahula dos veces con cierta gracia y ni bien pareció que iba a hacerlo una tercera detuvo la marcha. Luego encendió el trasto de mongolia; echaban a Oprah y lo dejó estar. En un símil reptar con los hombros acomodó sus nalgas cacao contra la teka desnuda, tomó abierta distancia entre las rodillas, clavó ambos pulgares contra el parqué en plan pas de deux, y, con los ojos atentos a la hermana Winfrey que en el plató presentaba a un novelista sin prepucio, fue, con avezada pericia aunque sin poner casi atención, ensalzando de cabo a rabo toda su preciooosa conejilla de chocolate con la espuma lechosa y perfumada «Eau D’Orly», que luego esparció utilizando todos sus dedos para cubrirse la entrepierna por completo y montar allí el más delicioso de los pasteles que haya visto yo jamás. Recién allí Roberta se detuvo y hurgó con ambas manos en el fondo del set de afeites; regresó enarbolando su maquinilla de afeitar predilecta, una «Colette Plus» dorada y enchapado el mango en escamas de nacar bordeaux.

      • D. dijo:

        Pero en todos y cada uno de los sentidos de la palabra. Da igual que lo haya escrito Bellow, The Translator o César Vidal: estilística y moralmente invita a no volver a entrar nunca más aquí. La egomanía infundada y descontrolada es el gran mal de nuestros días, por encima incluso del neoliberalismo, el nacional-catolicismo y la tele basura. El silencio es virtud de virtudes.

      • The Translator dijo:

        En el parágrafo siguiente Decker Black se funde a la ahora por completo lampiña Roberta; es un pleonasmo tras otro.

  7. Agapito Martínez dijo:

    Herzog es incontestable… te pongas como te pongas… no te gustará su estructura escurridiza, sus divagaciones múltiples, su reiteración temática… pero su prosa es de lo mejorcito que puede un escritor hacer con las palabras…
    No seas tan agorero con los grandes, grandes de verdad, si quieres que luego no fusilen tus propios libros sin contemplaciones.

  8. Meterse con Bellow además de inmoral es como escupir al cielo por ver que el cielo te devuelva pronto lo que realmente mereces.

  9. Lennox dijo:

    Tú eres consciente de que lees traducciones, no? En inglés hay que poner el posesivo sí o sí, como angloescribiente no te queda otra que afeitarte tus putas mejillas (grandes) y no las de tu puta madre u otras exentas que anden flotando por el puto espacio. Que el traductor sea un paquete es otra cuestión.
    En cualquier caso, a mí Bellow me la suda.

  10. Los que dan el Nobel leen en sueco, por eso se lo dieron.

  11. Anónimo dijo:

    Agapito, define ‘agorero’.

  12. Anónimo dijo:

    El problema que veo en «a las ocho o así se afeitaba sus grandes mejillas» no es el «sus», incorporado en el inglés original; más bien es la redundancia. Suponiendo que Simkin sea un tío, ¿qué se iba a afeitar sobre las ocho? ¿Las piernas? ¿El escroto?
    Vuestra comprensión lectora es alucinante. O la mía muy rebuscada. Las mejillas me trastornan.

  13. Lennox dijo:

    Yo todos los días a las seis de la mañana afeito mi gran cabeza. Mis mejillas casi nunca las afeito. Pero supongo que quienes piensan que sólo hay una manera correcta de escribir o de afeitarse siempre tendrán algo que objetar. Y sin cobrar un duro: por vicio.

  14. Giovanni dijo:

    A mi Ravelstein me moló. Pero la vida es muy corta para andar leyendo libros que a lo mejor no me gustan; el beneficio de la duda es un lujo que no puedo permitirme salvo con los muy grandes. Yo a Bellow no lo incluyo en esa categoría ni de coña (aunque como digo mi única referencia es Ravelstein)

  15. Anónimo dijo:

    El día en que seas, finalmente, hombre (por adulto) comprenderás todo, llorarás recordando este día y preguntándote cómo se hace para escribir bien, por qué no leías a los grandes escritores en su lengua original antes de pasar por tontainas (o serlo, sin más), por ejemplo, criticando a los traductores, o creyendo que tenías compresión lectora (rebuscada, para colmo).

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