Cambiar de idea, de Zadie Smith

Es muy inquietante que a este blog se lo reporte como de crítica literaria cada tanto y se lo enlace como tal y se lo tenga en cuenta siquiera para comprarse un libro. Espero no tener que repetir nunca más que en esta bitácora fundamental para la vida de tantas personas no se hace crítica literaria salvo cuando se tiene el día tonto; cuando se tiene el día listo se habla de lo buenas que están las autoras las becarias las lectoras las chinas y las editoras de Alfaguara; se habla de lo feo que nos parece un libro una letra un título un coche que pasa por la calle y Barcelona en general; se habla de cualquier puta cosa que se me pase por la cabeza en los 11 minutos que dedico a escribir cada post. No lo vuelvo a repetir.

Zadie Smith, qué buena está.

Ser guapa y escribir libros creo que obedece sin lugar a dudas a un nivel de perfección superior dentro del género humano. Cuando la niña sale guapa sale de casa enseguida y no se queda en su cuarto leyendo a Dostoievsky. Tiene todo el barrio por quemar y toda la ciudad y muchos columpios en los que columpiarse y toboganes por los que ser empujada por sus nuevos amigos empalmados. Ningún adolescente con amigos lee. El enemigo de la lectura no es la falta de hábito sino que la gente sabe divertirse. Todos los que leemos un montón hemos tenido una infancia de mierda, aunque luego lo compensemos follándonos a todas y cada una de las idiotas que creen que escribimos bien o que sabemos cómo publicar en sellos multinacionales. Creo que ya dejé claro de qué va el rollo.

Esto son ensayos, ensayitos, encarguitos. Los escritores -ver Coetzee y Mecanismos internos y Vázquez y El arte de la distorsión y fulanito y sus retales literarios- reciben cada tanto encarguitos periodísticos para escribir sobre lo que les manda un señor. Normalmente suelen escribir mejor esto que sus novelas porque las novelas son encargos propios y el escritor no suele tener ni puta idea de qué se encargó hacer hace unos meses pues se pasa el día encargándose a sí mismo una novela distinta. Salamandra publica Cambiar de idea bajo el marbete de «narrativa salamandra»; narrativa mis cojones. Ya sé que hay crisis, pero también hay lectores que se llevan un libro engañados y luego no te vuelven a comprar ninguno: ojito.

Zadie Smith escribe porque escribió escribe aquí porque le encargaron allá sobre autores por ejemplo Kafka, por ejemplo Forster, y sobre películas, por ejemplo V de Vendetta. Sus piezas no son muy inteligentes pero sí muy estimulantes, divulgativas y apasionadas. Zadie tiene humor, tiene su mala leche (particularmente contra Natalie Portman porque subió de niña a más columpios que ella, como si lo viera) y tiene un polvazo que ya tocaba reiterarlo.

Aunque tenga un polvazo, yo a Zadie la he leído con mogollón de respeto humano.

El texto más inocente y, sin embargo, más requerible es Esa sensación de oficio, donde Smith nos cuenta cómo escribe sus novelas. Las escribe como puede. Sin saber el final. Sin saber el principio. Sin saber de qué van. Sin corregir: «Si corrige mientras va escribiendo, no hay una primera, segunda o tercera versión. Sólo hay una versión, y cuando se acaba, se acabó.»

Cuando oigo a un autor decir que hizo 9 versiones de su novela sé que hizo nueve novelas malas.

Nadie fracasa mejor, Samu.

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16 respuestas a Cambiar de idea, de Zadie Smith

  1. Guillermo dijo:

    ¿Fundamental para la vida de «tantas» personas? En el post anterior sólo veo dos comentarios.

  2. Fran Kafka dijo:

    Pues tendrá un polvazo pero el que se la cepilla es un tal Nick Laird, así que a seguir pajeándote con ella.
    Y claro, lo de compensar la infancia desdichada follando aquí y allá no te lo crees ni tú.

  3. VD dijo:

    Así se escribe la mierda que se escribe. Sin el Ur no hay Faust; sin Stephen, el héroe, no hay Ulises. Tú mismo.

  4. edgar dijo:

    Demasiado tarde, Juan. Ahora ya hay gente que se han tomado en serio tus «comentarios» y van diciendo por ahí que Coetzee es tontolculo.
    Menos mal que con Bernhard tuviste el día tonto.
    Yo me leo tus post porque me río y porque mi novia me deja tener esa dosis semanal de machismo secreto. Es una perversión a la que, por cierto, no le hago ni caso.
    Por ejemplo: me parece que Sadie Smith no esta tan buena.
    La que estaba buena de verdad era Clarice Lispector.
    Estaba tan buena que nadie se atrevía a decirlo.

  5. Zote dijo:

    Yo nunca me tomé en serio nada de lo que aquí se exponía, o me hubiese pasado como a Don Alonso Quijano, ese botarate. Uno es condescenciente, está sumergido en dudas; como los ignorantes están tan seguros de sí mismos, así nos va. dVD, tampoco es para ponerse así. Edgar, la Lispector era un callo malayo, hombre… Y la ésta, la Smith, no es mi tipo, y menos si tiene la costumbre de tomar el sol con un colador en la cara…

  6. Aristófanes dijo:

    Me da igual que se escriban nueve malas novelas si no voy a leer esas, sino la décima, potencialmente genial. El problema es justamente que tanto cretino publica la primera chorrada que le sale del bic —y no hace falta más que un bic si no se va a borronear ni rescribir nada—, conque se publica una cantidad ingente de noveluchas indistinguibles entre sí, todas diciendo las mismas cinco o seis trivialidades, todas idénticas en el estilo de una idea un punto. Y no estoy hablando de autores de tercera fila que nadie conoce, sino de tipos supuestamente respetables: ¡todos escriben igual!
    ¿Escribir? Cualquier idiota puede escribir. Corregir, ese es el arte.
    Y desde luego que este no es un blog de crítica literaria: este es un blog serio, cualquiera que confunda eso está irremediablemente perdido.

  7. Aristófanes dijo:

    Y cuando digo «una idea un punto» estoy pensando en esas pobres oraciones, que en promedio tienen unas quince palabras, que a veces cuentan con una coma o dos, y que podrían encontrarse tanto en las insípidas novelas donde de hecho están como en un manual de ‘ármelo usted mismo’.

  8. Moriarty dijo:

    Cualquier historia podría contarse de mil maneras.No siempre aciertan los escritores con la mejor.Por muy vacas sagradas que sean.

  9. Por alusiones. Yo sí que he dicho que Lispector estaba buena y no me desdigo. Me refiero a su edad de merecer y, aunque desgraciadamente Clarice murió joven, me consta que conservó hasta el final la coquetería de la juventud. A los escépticos les dejo el enlace, no miento :https://lahoradellobo.wordpress.com/2012/04/11/la-pasion-segun-g-h-clarice-lispector/
    Por cierto, yo creo que para encontrar esa foto tan «aceptable» de Zadie Smith, con su destellante frescura indígena, el anfitrión ha debido de rechazar unas cuantas docenas del google.

  10. Estoy harto de que se nos atribuya tener éxito literario gracias a nuestra belleza física. Como decía Ana Obregón: «Ser guapo no significa que no se pueda ser inteligente».

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