Daniel Gascón, José González, Álex Morellón

Tres de los 80, tríptico trino triple post a la de tres:

Entresuelo, de Daniel Gascón. Pues son las memorias inmobiliarias del autor, las reminis -las aventis- que suceden cabe una puerta, la del entresuelo del titulo, por donde pasan, y adentro quedan, los padres, los abuelos, las novias, las hermanas, las máquinas de escribir. Una prosa modestísima a propósito, clarita como el agua, para contar, también acuosos, los vaivenes familiares y el paso del tiempo por sobre las ramas del árbol genealógico de suyo. Viene todo parcelado de capítulos-ensayo-recuerdo puntual, con título, y hay algunos pueblos. Toda una intimidad sin escándalos, muy correcta y de familia como todas, en las líneas confesionales de los últimos años en nuestras letras, quizá un poco como Mi madre, in memoriam, de Richard Ford, y un mucho -sin duda, esto- como el Me acuerdo de Brainard, recuperación del añico.

La visita, de José González. Le ponen dos rayas, dos palotes negros, en la portada del libro al nombre del autor, y no sabe uno si eso es firma canónica ya o juego de diseñadores aburridos; el caso es que yo hubiera querido replicar palotes, pero no sé dónde hállanse en este qwerty, este mundo, las dos rayas, doko. Pues es José González nacido en Lugo en 1981, igual que Gascón, y esta La visita su primera novela o narrativa, tras algunos cines o vídeos de oficiar. El libro está realmente muy bien, pero, así mismo, de tan confesional, se nos antoja más documento lírico que narración, pues todo lo que pasa viene verificado porque nos parece que es verdad que al autor le pasa esto con sus padres y sus abuelos. Por ello, más que con un narrador, nos quedamos con un prosista hondo, pues aquí se escribe con mimo y con mucha atención a los grandes sentimientos devastados de la vida. El libro es muy triste, en verdad, con repuntes sórdidos, y la familia -ese concepto- se nos oscurece y se nos atraganta, de tan áspera.

La noche en que caemos, de Álex Morellón. Estos son los cuentos, cuentos fantásticos porque algo raro pasa siempre, que se duerme sin fin, que se desaparece dentro de un plato, que se aniquilan los cuerpos con las máquinas de exprimir naranjas. Pero, ojo, así dicho suena todo ingenuo y juvenil, de ideítas, y lo cierto es que Morellón no apuesta todo a la ideíta -porque ideítas fantásticas tenemos todos a menudo-, sino al drama y a la fricción de los personajes -que es lo mismo-. Hay un cuento corto, un micro seguramente, titulado El palíndromo de Nadia que tiene mucho éxito leído en alto, en público -vilo-; hay Subterráneo, también. Se escribe sobre instantes y situaciones anormales que, de extenderse durantes años -de ahí el género mirífico- nos dirían algo y aún mucho sobre nosotros mismos. La prosa es reposada, querente literaria; querente no existe pero seguro que me se entiende (me se es anacoluto, pero también me se entiende). 1985.

Esta entrada fue publicada en 80, Cuento, Narrativa 2013. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Daniel Gascón, José González, Álex Morellón

  1. julian bluff dijo:

    Mi niño… cuéntate algo ¿no?.

Los comentarios están cerrados.