Ese idioma raro y poderoso, de Iban Zaldua

La verdad es que, con una tradición como la nuestra, lo difícil es no ser el primero en algo.

La precariedad de los referentes -apenas cuatro nombres propios- hace en principio que un ensayo sobre literatura vasca nos interese en la misma medida que uno sobre literatura balinesa: o sea, nada. Asistir a un desfile de apellidos pugilísticos -todas esas kas y esas bes y esas zetas que parecen directamente bajadas del ring- y de títulos tan enigmáticos que a lo mejor nos la están colando y es el mismo título escrito del revés, retrae nuestra curiosidad -siempre tan erecta- hasta fronteras cercanas a la no lectura.

Pero basta el primer párrafo de Ese idioma raro y poderoso («voy a reprimir al pequeño Juan José Ibarretxe que todos llevamos dentro») para que el anticipado listín telefónico de las Vascogandas literarias se nos sugiera colosalmente entretenido.

Iban Zaldua ha subtitulado su revisión como Once decisiones cruciales que un escritor vasco está obligado a tomar. Son cuatro: escribir en vasco o escribir en castellano; hablar de ETA o silbar; aspirar a un imaginario nacional import / export que redunde en numerosos viajes a Estados Unidos (o no) y: conectar con una tradición indefendible o con las tendencias contemporáneas de la narrativa internacional.

Al compás de estos once (cuatro) dilemones, Zaldua va citando obras, citando declaraciones en prensa, recuperando polémicas y entusiasmándose por la posibilidad de que alguien le pare por la calle al grito de a-ver-tú-ven-pacá: «no pienso que El hijo del acordeonista sea muy CT, sino –vuélvase a leer la cita de Echevarría- más bien poco CT: lo que me parece bastante CT, de hecho, es la misma crítica de Echevarría.”

La cachazuda sinceridad de Iban Zaldua nos aclara su escasa convergencia literario-política con tres autores muy conocidos: con Kirmen Uribe, al que ve como un flautista del imaginario más autocomplaciente del País Vasco; con Unai Elorriaga, cuyo escapismo naif no encuentra eficaz, y con Fernando Aramburu: sus relatos sobre terrorismo etarra le parecen al autor co-estatales y rectilíneos. Todo esto, digámoslo prontito, se enuncia desde el respeto y el humor, con una dulce visceralidad.

El hecho de que Iban Zaldua, que ha escrito y publicado tanto en vasco como en traducción propia al castellano un buen montón de libros, no se cite a sí mismo ni una sola vez a lo largo de 230 páginas da muestras de la sensatez de su posicionamiento a la hora de evaluar cómo escriben los vascos, qué pasa por allí y de qué van todas esas Tes antespuestas a las zetas.

El resultado es un libro a medio camino entre el Manual de literatura para caníbales de Rafael Reig -invocado en el propio texto- y un cuento borgiano sobre literaturas imaginarias, escrito a la pata la llana pero con un fuerte sentido del idioma y un muy machote sentido del humor.

Iban Zaldua, desaforado.

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6 respuestas a Ese idioma raro y poderoso, de Iban Zaldua

  1. VD dijo:

    Otro para la lista.

    Por cierto, sigo sin verle la gracia a esta dichosa moda de las siglas afterpoperas.

  2. Jonan dijo:

    1 (bat) – no se dice «vasco» sino vascuence, o todo lo más , lengua vasca (amén de euskera, euskara, eskuara, o incluso euskaro).
    2 (bi) – Lo vascos son (somos) más graciosos que la hostia. Con todas esas kas y zetas y te-equis y te-zetas y hasta te-eses… con todos esos apellidos raros, que no los puede pronunciar ni la madre que los parió, con esa manía de levantar piedras y cortar troncos, ahi va, la hostia, Patxi, pues… Ya se sabe que los vascos, a pesar de ser gente noble, trabajadora y amiga de sus amigos, sólo sirve pa dos cosas, a saber: poner bombas (ya ni eso) y salir en los chistes de vascos. Entra un tipo en una tienda de animales y le pregunta al dependiente: ¿Es cara la cacatúa? y el de la tienda contesta: No, lo siento, pero vasco no sabe hablar… Ja, me parto, tú…
    Lo que no saben los vascos es escribir libros, y menos aún si no salen carlistas o etarras, que vienen a ser lo mismo. O ex-etarras, que también dan juego.
    El único que saabía escribir un poco, y no mucho era Baroja, pero era sólo medio vasco y vivió la tira de años en Madrid, como debe ser. Y su casa vasca la tenía al lado de la frontera, por si las moscas. Un asco de vasco (jo, que rima más buena, también).
    Los vascos no sirven para la literatura en español, ni en «vasco» tampoco, pero bueno, no todos pueden nacer en la puta Segovia, adibidez…
    3 (hiru) – Lo cortés no quita lo valiente: Muy buena la foto de esta vez; vas recuperando el nivel, Alberto, digo, Juan… Me pone pero cantidad, con esas tetitas respingonas que se te deben de clavar de una manera que… hummm…. os dejo un momento, mesedez. Enseguida vuelvo.
    Es que los vascos tampoco follan (-amos) ni por casualidad, pero salidos, todo lo que queráis. Agur, Ben-Hur.
    (sólo sé contar hasta tres en euskera, por si alguien tenía dudas. Así que aquí lo dejo, con vuestro permiso)

  3. Jonan dijo:

    1 (bat)- No se dice «vasco» sino vascuence o lengua vasca. O, en todo caso, euskera, euskara, eskuera o incluso euskaro…
    2 (bi)- Entra un tipo en una tienda de animales y pregunta: «¿Es cara la cacatúa?» y el dependiente le contesta: «lo siento, señor, pero no habla vasco…» Ja, qué malo, ¿no?
    Ya se sabe: los vascos sólo sirven (servimos) para salir en los chistes de vascos y poner bombas (y ya ni eso). Qué le vamos a hacer, no todo el mundo puede nacer en la puta Segovia, adibidez…
    3 (hiru)- Lo cortés no quita lo valiente: la foto de este post me gusta mucho. Vas recuperando el tono, Alberto, digo, Juan… hay qué ver cómo me pone la chavala, con esas tetitas puntiagudas que se te deben de clavar cuando… uffff, perdonadme un momento, que ahora vuelvo….
    Es que ya se sabe, también: los vascos no follan (follamos), pero a salidos no nos gana nadie.
    Nota: como es obvio, no sé contar más de tres en «vasco». Pero ni puta falta que hace, ahí va, la hostia, Patxi, pues…
    Agur, Ben-Hur.

  4. Jonan dijo:

    Va, malherido, ponme algún comentario, que prometo no volver a escribir lo de «puta Segovia»…
    Ah, se me olvidaba: vascos malos, vascos malos..

  5. Luis dijo:

    Tu puta madre, Juan, acabo de comprar lo del ejército enemigo y vaya mierda, deberías devolverme el dinero.

  6. Harold Balloon dijo:

    Pues anda que «Tatami»…

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